Al escuchar esta canción me recorre una extraña y genuina sensación por todo el cuerpo. Recuerdo cuando era un poquito más joven o menos viejo, la sensación de que el mundo ya está saturado de individuos que se han apoderado de los espacios fundamentales de las vidas ajenas y que no somos más que recién llegados a un mundo de grandes, donde nadie nos avaló para poder aportar un solo trocito de la vida que a trompicones, que a trancas y barrancas vamos construyendo.
Inmerso como estoy, en una de esas fases de la vida que evocan vivencias personales que inevitablemente miran atrás, rescato esta vez una cancioncilla de esas que, con perspectiva, acaban siendo las bandas sonoras de nuestra existencia.
La cuenta atrás- Los enemigos
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