Un articulillo que escribí pa el Fanzine de los Komandos Aladrokes, peña antifascista del FC Cartagena en la que participo cuando buenamente puedo..
Bendita esta “democracia” que permite un nuevo 20 de noviembre sembrado de actos y manifestaciones fascistas en el conjunto del estado español, en recuerdo y homenaje del genocidio franquista.
Son varios los países europeos que han sufrido los estragos de las dictaduras militares fascistas, pero solo uno en el que aún se permitan la apología a dichos regímenes.
Y decir que las autoridades públicas españolas solo lo permiten, es en realidad quedarse bastante corto.
Mientras incumplen sus propias leyes (la nefasta ley de Memoria Histórica), manteniendo miles de calles, monumentos y simbología franquista, autorizando y protegiendo (como el pasado 20-n en Murcia) actos y manifestaciones de marcado carácter fascista y neonazi; niegan a las familias de las victimas del franquismo la exhumación e identificación de decenas de miles de luchadores antifascistas, republicanos, anarquistas, comunistas… que aún hoy descansan en muchas cunetas de nuestros pueblos y ciudades, para vergüenza del sistema que se empeñan en llamar democrático.
Ya no es que igualen a vencedores y vencidos, a fascistas y antifascistas, sino que muchas de nuestras calles y plazas aún exaltan a los muertos del “bando nacional”, mientras que los luchadores por la libertad muertos no merecen ni sepultura, ni reparación, ni justicia.
Esto es lo que se desprende del recurso de la Fiscalía de la Audiencia Nacional (controlada por el PSOE) presentado contra la decisión del juez Garzón de declararse competente para investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo.
Resulta por lo menos curioso que el mismo juez y la misma Fiscalía durante estos últimos años hayan paseado a bombo y platillo por América Latina : Argentina, Chile, … como evangelizadores de la justicia imperial, exhumando e identificando fosas comunes de ciudadanos y ciudadanas victimas de sendas dictaduras militares en virtud del Derecho Penal Internacional, mientras aquí esos mismos políticos, jueces y fiscales nos esconden nuestros muertos debajo de la alfombra.
Bendita esta “democracia” que permite un nuevo 20 de noviembre sembrado de actos y manifestaciones fascistas en el conjunto del estado español, en recuerdo y homenaje del genocidio franquista.
Son varios los países europeos que han sufrido los estragos de las dictaduras militares fascistas, pero solo uno en el que aún se permitan la apología a dichos regímenes.
Y decir que las autoridades públicas españolas solo lo permiten, es en realidad quedarse bastante corto.
Mientras incumplen sus propias leyes (la nefasta ley de Memoria Histórica), manteniendo miles de calles, monumentos y simbología franquista, autorizando y protegiendo (como el pasado 20-n en Murcia) actos y manifestaciones de marcado carácter fascista y neonazi; niegan a las familias de las victimas del franquismo la exhumación e identificación de decenas de miles de luchadores antifascistas, republicanos, anarquistas, comunistas… que aún hoy descansan en muchas cunetas de nuestros pueblos y ciudades, para vergüenza del sistema que se empeñan en llamar democrático.
Ya no es que igualen a vencedores y vencidos, a fascistas y antifascistas, sino que muchas de nuestras calles y plazas aún exaltan a los muertos del “bando nacional”, mientras que los luchadores por la libertad muertos no merecen ni sepultura, ni reparación, ni justicia.
Esto es lo que se desprende del recurso de la Fiscalía de la Audiencia Nacional (controlada por el PSOE) presentado contra la decisión del juez Garzón de declararse competente para investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo.
Resulta por lo menos curioso que el mismo juez y la misma Fiscalía durante estos últimos años hayan paseado a bombo y platillo por América Latina : Argentina, Chile, … como evangelizadores de la justicia imperial, exhumando e identificando fosas comunes de ciudadanos y ciudadanas victimas de sendas dictaduras militares en virtud del Derecho Penal Internacional, mientras aquí esos mismos políticos, jueces y fiscales nos esconden nuestros muertos debajo de la alfombra.
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