Algunos ya tienen escritas sus crónicas pseudo-periodísticas del 30 de marzo donde minimizar cuando no manipular directamente los datos y las estadísticas del paro laboral convocado por los sindicatos. Es cierto que en las últimas décadas el propio sistema capitalista ha sido capaz con notable éxito de adaptar y modular sus estructuras productivas al objetivo de impedir y obstaculizar la influencia e implantación de los sindicatos de clase, sobretodo en medianas y pequeñas empresas.
En los últimos años, el partido del orden (PPSOE) como preferentes defensores de los intereses de la oligarquía, ha contado con el chantaje y el miedo ejercido por los patrones de gran parte de las PYMES, como principal arma para combatir el ejercicio a la Huelga de la clase.
A decir verdad, teniendo en cuenta que aproximadamente el 70% de trabajadores y trabajadoras de nuestro país lo hacen en PYMES, podemos afirmar que la mayoría de la clase obrera no es plenamente libre para realizar o no el paro laboral. Ya se ha puesto a funcionar la máquina de la coacción y todos aquellos mecanismos que limitan el ejercicio del derecho a la huelga. Logicamente, la precariedad y temporalidad permanentes que sufren gran parte de los trabajadores y trabajadoras también limitan el derecho a la huelga.
De esta situación de desigualdad, es de donde surge la necesidad de piquetes sindicales que el día de la Huelga General garanticen este derecho constitucional a la clase trabajadora. Nutrir, fortalecer, masificar estos piquetes es una necesidad democrática, no sólo un deber militante.
Quienes quieran circunscribir el éxito de la Huelga General del 29 de marzo a estadísticas de productividad, no han entendido nada del nuevo ciclo político abierto en nuestro país. La Huelga General del 29 de marzo será como siempre una fotografía de la lucha de clases, pero ni mucho menos en este contexto, las necesidades de lucha de clases se miden sólo en función de la tasa de ganancia o de pérdida de los capitalistas durante un paro laboral. ¿Acaso los estudiantes movilizados, hijos e hijas de obreros y los parados y paradas no son clase obrera? No computan en sus arbitrarias estadísticas claro, pero ¿acaso no son parte en la lucha de clases?
Es posible que el 30 de marzo el Gobierno no rectifique la reforma laboral, pero no porque la Huelga no haya sido un éxito rotundo, sino porque tanto el PP como PSOE han arrodillado la soberanía nacional de nuestro país ante la Unión Europea de Merkel, y de hecho es a la UE ante quien se rinden cuentas acerca del nivel de agresividad de los recortes y contrarreformas.
La Huelga General del 29M, aún siendo como será un éxito el paro laboral, deberemos analizarla en función de la realidad y las necesidades de la clase obrera, no en función de los parámetros del enemigo y sus medios de comunicación. Esto es, la Huelga será un éxito en la medida en que consiga articular un proceso subjetivo de acumulación de fuerzas dirigido a combatir en el medio plazo los recortes y las imposiciones de la UE desde una perspectiva anticapitalista y de clase. Será un éxito en la medida en que logre una convergencia política del movimiento obrero y de movimientos sociales y estudiantiles a la altura del combate que nos espera estos próximos meses y años.
La Huelga General es la más evidente expresión de la lucha de clases, y sí, es más que posible que la ganemos si conseguimos que confluyan en la calle cientos de miles de estudiantes, obreros y obreras, sindicalistas, activistas sociales, personas paradas organizadas contra el nuevo y más agresivo recorte de derechos que supone la reforma laboral. Tengamos claro estos parámetros de análisis, tengamos claro que también el grado de movilización social tiene que ser un indicador clave de valoración de la huelga, y sobretodo tengamos también en cuenta que la movilización sostenida en todos los frentes debe permanecer más allá de la fecha concreta del 29 de marzo.
Todo esto, es lo que nos permitirá articular una agenda política y de combate a medida de las necesidades de la mayoría social, y no a la medida que el 1% quiere imponernos.
Porque el 29 de marzo vamos a demostrar que si la clase obrera en su conjunto se moviliza, no hay derrota posible.
José León. Secretario General de la UJCE y miembro de la Comisión Permanente del PCE.
Publicado en Agitación Digital
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